jueves, 12 de enero de 2012

Confesiones de una pirata

"He llegado a grabar tres películas en un día cargando la batería en el 'parking"

10/01/2012 | Fernando de Luis-Orueta 

Durante varios años, Amparo Peiro acudía a los cines con un micrófono oculto en su bolso para grabar el sonido español de las películas, que luego sincronizaba con el vídeo para ofrecerlo en la Red. En esta entrevista, rememora sus experiencias como ‘pirata’, explica el enredado mundo de las descargas y vaticina el éxito de la Ley Sinde. 

FOTO: Amparo Peiro, antigua administradora de Animersion y vocal...

“Te la he traído por si quieres verla”. Amparo Peiro abre el bolso y saca un minidisc Sony y un largo cable que termina en un pequeño micrófono. “¿Con esto las grababas?”. Asiente con la cabeza. “Es una pena que haya olvidado cargarla, podías haberlos usado en la entrevista para que veas la calidad que da”.

Grabar el doblaje español de los estrenos de cine no era todo. Perfeccionó hasta límites insospechados la sincronización con el vídeo, que obtenía de grabaciones hechas en otros países. Llegó a ser administradora de Animersion, el primer tracker español, una tecnología para compartir archivos.

Tras una denuncia, decidieron cerrar aquella web y saltar a las entrañas de Internet, donde el tráfico de archivos fluye de forma sigilosa, anónima y difícilmente detectable. Hoy en día, alejada de este tipo de webs, es la tesorera del Partido Pirata en España.


¿Cómo entraste en el mundo de las descargas?
Creo que fue en 2004. Había descargado cosas para mis sobrinos y me sabía mal no dar nada a cambio. Coincidió que me regalaron una grabadora de DVD por mi cumpleaños. Fui al videoclub, alquilé una película y la grabé para ver cómo iba.

¿Qué película fue?
Love Actualy. Estaba tan orgullosa de la copia que había hecho con el programa Clone DVD que la compartí en una página que se llamaba Animersion. En ese momento sólo había tres conocidas: Elmejorwarez, Limitedivx y Animersion, que era la peor. Y me daban pena por eso.

¿La subiste y qué pasó?
Que salieron todos criticándome, diciendo que estaba mal comprimido. Y ahí empezó mi curiosidad por convertir formatos de vídeo a algo que se pudiera subir a Internet. En ese momento, por ejemplo, yo tenía mi línea con ONO y me daba medio mega de subida. Y era la leche. Aún así tardé día y medio en subir aquella primera película.

Tanto esfuerzo para que te criticaran. Te llevarías un chasco.
Claro. Me di cuenta de que la mayoría de las películas se comprimían en Divx o Xvid. Y eso era un problema porque no teníamos reproductor de Divx en casa, así que con una paciencia infinita, en un Pentium III, conseguí después de 24 o 48 horas, convertir una película de Xvid a Video-CD.

Y continuaste compartiendo en esa web.
Sí, porque tenía unos foros muy buenos en los que me fui haciendo amigos. Para mí esto fue el germen de las redes sociales porque la gente hacía fotos, había hilos de conversación de política –que luego se quitaron por las que se armaban-, de chistes… Hasta salieron parejas. Poco a poco me metí en un team, de ahí ascendí a moderador…

¿Y en esos teams qué se hacía?
Funcionaban fatal y pedían gente. Por ejemplo, “¿Alguien que quiera compartir Vídeo-CD?”. Y como yo tenía convertidos más de 300 para mis sobrinos, los ofrecí. Fue ahí donde alguien me explicó qué programa tenía que usar para hacer bien la compresión de vídeo. Pero me equivoqué en el nombre y me bajé el más complicado que había. Eso fue lo que hizo que me metiera en el mundo del rippeo por scripting.

¿Eso en qué consiste?
Es como un lenguaje de programación. Sirve para limpiar el vídeo, arregla defectos, etcétera. Total, que esto me sirvió para cuando formamos un team de estrenos de cine para sacar buenas calidades. Cogíamos screeners [grabaciones hechas con una cámara en un cine] y conseguíamos quitarle granulado, cortar escenas en las que salían cabezas, arreglar muchísimas cosas.

¿Cuánto tiempo le echabas?
Tres o cuatro horas al día. Porque también estaba a cargo de varios teams y ensañaba a la gente a rippear en Divx. Y al final creamos el Art, que era el grupo que nos dedicábamos a los estrenos, que es lo que más le gustaba a la gente.

¿En ese momento había otras webs con estrenos?
Sólo una porque poco antes había habido bastantes detenciones y se corrió el rumor de que si no tenías estrenos, la policía no podía hacer nada. Y no era así, pero sólo quedó Todotorrente, que era una página en que sí había insertada publicidad. Tardabas cuatro días en bajarte una película de estreno, así ellos iban ingresando por los anuncios. Nos daba mucha rabia porque nosotros creíamos en el compartir. Entonces decidimos empezar a dar estrenos y hacerles la competencia. El problema era que necesitábamos un audio para acoplar a los vídeos.

Si necesitabais un audio es porque teníais el vídeo. ¿De dónde lo sacabais?
En España normalmente lo que se hace es coger DVD de otro país. En el caso de que sea un estreno mundial, en EEUU hay mucha costumbre de ir al cine con una camarita. Es muy sencillo. Yo misma lo he hecho con una película. Lo pasé fatal: era una cámara cutre, pero si sabes buscarte la vida lo tienes fácil. Y luego está Rusia. Allí, la propia gente del cine, hartos de la piratería porque allí se grababa muchísimo con cam, decidieron estropear el chiringuito. Cuando iban a sacar una película a los cines, del mismo rollo sacaban una copia, y la grababan en DVD y los vendían en la calle.

¿Para qué hacían eso?
Porque si tu tienes una copia grabada con una cámara que se ve fatal y otra que es casi como un DVD, ¿con cuál te quedas? Toda esta información la tengo porque uno de los dobladores de películas españolas en Rusia, que vivía en Moscú, pertenecía a la comunidad Animersion.

¿Y las películas españolas?
Casi no se suben hasta que no salen en DVD porque la única forma de tenerlas es ir a grabarlas al cine. En un momento dado empezaron a salir los estrenos españoles en la Red, pero en realidad eran un fake, cinco minutos de las películas que se repetían todo el rato. Estaban hechos por los propios productores para engañar a la Red.

Volviendo a las películas de Hollywood, tu labor consistía en ir al cine y grabar el audio.
Sí… La primera vez fue algo muy divertido, una subida de adrenalina tremenda. Yo tenía un trabajo super estable, bueno, como programadora. 13 años en la misma oficina, sin salir. Todo era demasiado fácil y yo estaba agobiadísima.

¿Cómo lo recuerdas?
Me metí en la sala de cine y estábamos cuatro personas. Pensaba que todo el mundo me estaba mirando. Aunque sabes que no está penado, si te pillan sabes que te van a llevar retenido unas 72 horas porque en ese momento no saben si hay lucro o no lo hay. Vamos, es un marrón, así que vas con miedo. Lo pasé mal realmente, pero al mismo tiempo bien.

¿Cómo era tu táctica? ¿Llevabas la grabadora en el bolso?
Para no parecer sospechosa lo que hacía era ir a las sesiones de tarde como una maruja. Como salía a las cuatro y media o las cinco del trabajo, me iba a la sesión de las seis. Siempre procuraba ponerme no en las últimas filas, que se pone más gente, sino en las primeras para no captar ruidos pero también porque es más fácil que no se sentara nadie al lado. Dejaba el bolso con la grabadora y a ver la película, relajadamente.

¿Y cuándo la encendías, antes de entrar en la sala?
Sí, claro. Como luego iba a editar el audio, qué más me daba que tuviera un trozo delante. Me iba al baño, daba al “rec” y ya entraba con todo preparado. El único problema es si vas con intención de grabar tres películas o dos muy largas porque la batería tiene un límite. Pero te las ingenias. Por ejemplo, los Kinépolis [de Valencia] tienen tomas de corriente en el parking. Si hay media horita entre película y película, me iba allí, me enchufaba y mientras me fumaba un cigarro para disimular.

¿Así que has llegado a grabar tres películas en un solo día?
Sí, porque mi aparato da nueve horas. Pero vamos, eso ya según la imaginación de cada uno. Por ejemplo, desde que salieron los móviles con conexión a Internet, había gente que iba a esperar al que estaba grabando al cine en un coche con un portátil y allí mismo empezar a pasarlo.

Para hacerlo rápido y que esté lo antes posible.
Sí, porque quien manda es el primero que la sube. La gente estaba esperando los viernes hasta una determinada hora. Quien consiguiera subir la película antes de que la gente se fuera a dormir, se llevaba todas las descargas.

Entonces hay mucha competitividad entre la gente que sube películas.
Hay una guerra a muerte. En mi caso, era pura competitividad. La persona que más me hacía sombra resultó ser la vecina de mi casa de la playa. Sólo éramos dos mujeres grabando: Princesa y yo. Nos llevábamos a matar. Yo creo que influía que fuéramos mujeres.

¿Cuál era tu nick?
JAJ. Casi nadie supo que yo era mujer hasta que se cerró la página. Te respetan más, por desgracia. Además, en las páginas de descarga casi todos eran hombres.

¿Cómo ha cambiado la situación desde entonces?
Ahora con la Ley Sinde es un riesgo y la gente que queda está por pasta. Hay muchas maneras de conseguir dinero: con publicidad, con un número de teléfono al que llamar y pagar, vendiendo datos de la base de usuarios... Cuantas más visitas, más pasta. Incluso hay competitividad entre los usuarios de la calle, sin necesidad de que tengan web ni nada. Por ejemplo, en el foro de Vagos: el que consigue ser el primero en colgar el enlace a la descargar directa (Megaupload, Rapidshare, la que sea) es el que se baja todo el mundo y les pagan. No es que sea mucho, puede ser que te den una cuenta premium o puedes sacar 300 euros al mes...

¿Hay quién gane mucho dinero con esto?
Algunas webs que llevan toda la vida, sí. Pueden ganar hasta 4.000 euros al mes, que ya es un sueldo de los buenos. Pero la pasta no está aquí, en realidad la cuestión está en los servidores de la Scene. Pero es algo que no se sabe, como no se ve...
¿Por qué cerrasteis Animersion?
Recibimos una denuncia de Planeta Crédito y no por tener películas de estreno sino por dos DVD infantiles. La denuncia era contra la página en general. Porque esa es otra: ¿a quién denuncias? En los datos de registro de cualquier página te saldrá que el administrador era el Papa y que está en el Vaticano. Pero hubo un error y en Animersion figuraba el nombre del primer administrador.

Y optasteis por el cierre.
Sí, a pesar de que sabíamos que la denuncia no iba a prosperar, entre otras cosas porque las pruebas aportadas eran incorrectas. Además éramos una página personal sin ánimo de lucro. Las páginas que no tienen lucro –y esto es importantísimo- se diferencian de las que tienen lucro porque son comunidades de usuarios. No hay un administrador que aporta contenido sino que cada usuario comparte cosas. Yo llevaba las cuentas de la web y cuando me citaron a declarar aparecí con los extractos.

¿Sabes cómo te localizaron?
Por el Paypal que teníamos para recibir donaciones localizaron al chaval que un principio estuvo a cargo del tema. Y éste, del miedo que tenía, dio todos los nombres.

¿Con las donaciones cubríais el coste del servidor?
Bueno, según. El mes que más dinero recibíamos permitía cubrir los gastos. Estábamos alojados en Holanda y costaba 350 euros al mes. Luego teníamos otro servidor en el que editábamos las películas. Ese, que eran 100 euros, lo pagaba yo. Todas las entradas del cine te las has de pagar tu. El taxi hasta el cine…

Taxi porque querías ir a cines específicos.
Sí. Por ejemplo, las salas 21 y 23 del Kinépolis [de Valencia], que eran la leche. Algún acomodador se va a acordar de mí, porque iba mucho.

¿Y tras el cierre de Animersion?
Pues se crearon unas seis o siete páginas más. Matas a una, nacen seis. Es totalmente cierto. Pero no tenían estrenos porque esos los hacíamos nosotros. Todos los usuarios preguntaban qué hacer ahora. Y un chaval que estaba en la página nos ofreció que entráramos en la Scene.

¿La Scene?
Si alguien observa las páginas con estrenos verá que todas los tienen a la vez. Todas. Si sólo hay un administrador o dos, ¿cómo les ha dado tiempo a rippear ocho películas y ofrecerlas a la vez? Es imposible. Ese material viene de la Scene: grupos de gente con FTP superprotegidos en los que es bastante complicado entrar. Y si lo consigues y sales es muy difícil que puedas volver porque ya no te valdrán las claves y demás. Estos son los que, por ejemplo, graban series por satélite con una capturadora, por eso nada más emitirse un capítulo ya lo tienes para descargar.

Entiendo que son, digamos, superusuarios que han ido conformando ese grupo...
La Scene lleva toda la vida. Gente con conocimientos técnicos muy profundos. Se lleva haciendo desde muchísimo antes que las descargas. Pero ahí lo que prima es la privacidad. Es muy estricto, no se deja entrar a nadie porque sería un peligro.

¿Cuántas personas puede haber ahí?
¿En España o en el mundo? Miles. Piensa que está todo el mundo interconectado. Si tu aportas contenido, otros sites entran en contacto contigo para intercambiar. Esto es muy bonito, muy idílico y muy maravilloso. Yo he estado ahí después del cierre de la página. Pero hay un problema: siempre hay filtraciones de datos que caen en lo que yo llamo la Scene mala, que es en la que yo empecé entrando.

¿Cómo fue ese proceso?
Cuando cerramos la página nos captaron porque no tenían estrenos. Porque en la Scene ya nadie se atreve: si pillan a cualquier grupo español, el problema es que tienen FTP, es decir, no estaríamos hablando de enlaces sino del archivo físico. Y así lo hicimos, aunque no sabíamos muy bien en qué consistía aquello. Aportábamos los estrenos y ellos nos daban acceso a un servidor para que nos descargáramos todo lo que quisiéramos. Pero no tenías contacto con nadie ni te enterabas de nada.

Pero sabrías al menos quién te estaba dando acceso al FTP.
Un amigo de un amigo. De verdad que no te enteras de nada. Fíjate que el chico este nos dijo que se iba a trabajar a un proyecto de inteligencia artificial en Tokio y tiempo después descubrí que nos había tomado el pelo porque aparecía en las listas de gente aprobada en la Selectividad.

¿Y cómo os comunicabais con ellos?
El contacto se hacía por canales secretos del [protocolo de chat] IRC. Allí un día me abren un privado y empiezan a contarme que habíamos caído en la Scene mala, la que tiene ánimo de lucro. Ahí se venden cuentas de acceso y si una de ellas se la vendían a un infiltrado se nos caía el pelo. No me lo podía creer. Me mosqueé mucho porque yo lo estaba haciendo de manera altruista. Y fue así como nos abrieron las puertas de la Scene buena.

¿Cómo funcionabais allí?
Nos unimos a un grupo muy conocido que se llamaba Quimera que, como no tenía estrenos nos buscaban como locos. Te quedas alucinado con la tecnología que están utilizando de FTP. Subía las películas desde mi servidor, que lo seguía conservando, y con una sola instrucción en tres minutos estaba distribuida en servidores todo el mundo.

¿Y cómo salta de ahí a los usuarios de a pié?
Porque siempre hay manzanas podridas que filtran el contenido a la Scene mala. Allí se venden cuentas de FTP. Todas estas páginas de descargas que tienen publicidad normalmente tienen compradas cuentas de esas y así acceden al contenido y lo cuelgan en sus webs. Por eso aparece la misma película a la vez en todas las webs.

¿Y esas cuentas cuánto cuesta?
Conozco a un chaval que vive de esto. Es lo que se llama un trader, comercia con estas cuentas de FTP. Si es un usuario de la calle, le cobra 15 o 20 euros al mes. A las web quizá les cobre 100.

¿Y ahora quién piratea los estrenos?
Sólo quedan dos o tres webs que los hagan. Por eso están tan empeñados en acabar con ellas. La gente dice que si con la Ley Sinde cierran estas páginas, queda el Emule y los sistemas descentralizados con todo el material que ya está subido. Pero a partir de ese momento, ¿quién creará nuevos contenidos? Sólo quedará viejo que poco a poco irá muriendo. Porque el que lo hacía por dinero ya no va a estar. El que lo hacía por ego, si no tiene nadie que la dé las gracias va a perder ese estímulo.

¿Cuándo grababas un estreno no te planteabas que podrías hacer daño al cine?
Para nada. Pero para nada. De hecho, las más descargadas son las que más taquilla han tenido, como Avatar. Y las películas españolas se descargan muy poco. Miras las estadísticas y ves que una película americana tiene 500 descargas y una española, 20. Menos Torrente… Esta última entrega a los pocos días apareció, grabada con una cámara. Y no salió antes porque en la primera grabación pasó algo en el cine y salió mal. Y aún así ha sido la más taquillera del año.

Pero empieza a haber plataformas de cine on-line con licencia.
Defiendo mucho que haya oferta asequible y a las páginas que están intentando hacer algo. Entre semana poca gente puede ir al cine y los fines de semana como mucho te da tiempo a ir a ver una, pero se estrenan al menos cinco. Y a la semana siguiente de esas cinco quedan dos.

Cuando estabas en el cine grabando con un micrófono, ¿no tenías conciencia de que no estabas haciendo algo estrictamente correcto?
Yo tenía consciencia de no era ilegal. ¿Consciencia de que no era correcto del todo? Sí… Bueno, yo no estaba incumpliendo la ley. Lo que no está prohibido por la ley puede ser moralmente reprobable, pero no ilegal. Peor está que ellos, sabiendo que aquí hay un negocio, no hagan nada al respecto. Tanto que critican a Internet, pero les ha abierto las puertas a un nuevo negocio, al usuario ya lo tienen formadito –igual como pasó con Microsoft Office, que se dejó piratear y ahora es un estándar–, se han vendido multitud de aparatos multimedia…

Crees que las grandes compañías tienen su parte de responsabilidad…
Sony, por ejemplo, que es una de las primeras que vetó a los autocines a emitir por FM, es una de las que más discos multimedia vende. ¿Para qué sirve un disco multimedia, a ver? Me lo vendes por 250 euros y qué quieres que vea ahí si no tengo tienda donde comprar contenido. Así que sí, era consciente de que aquello no estaba del todo bien, pero ellos lo están haciendo todavía peor.

Fuente: lainformacion.com

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