lunes, 19 de noviembre de 2012

Lejos de los paraísos artificiales...

Una entrada más sobre reflexiones.


Los avances de la ciencia y de la tecnología han supuesto grandes beneficios para la humanidad y han abierto la promesa de un mundo, posiblemente más feliz. Estos avances, desgraciadamente, también han tenido efectos inesperadamente adversos; la población mundial crece de modo desmesurado, el número de pensionistas improductivos aumenta, hay más parados y lo que es peor, hay crisis de esperanzas, de motivación, de ideologías.

Las hostilidades crecen continuamente manifestándose en terrorismo, guerras y guerrillas, en la falta de tolerancia. Los millones de refugiados y desplazados están causando problemas insospechados en el pasado.

La ciencia y la tecnología se ocupan principalmente del desarrollo de industrias y de productividad. Esta orientación excesivamente materialista ha de ser cambiada. Hay que humanizar a los seres humanos. Hay que proporcionar bienestar material pero también felicidad mental. La revolución de las mentes puede ser más trascendental que las revoluciones industrial, tecnológica, atómica e informática.



Kobo Abe en su novela The Ark Sakura coincide con el pensamiento de parte de la juventud actual: el Universo es una colección de absurdos. El significado de las cosas es algo irreal que flota y que cambia. Las mismas metáforas pueden estar llenas o vacías de sentido dependiendo de la mente del lector, que también es cambiante.
Esto significa el establecimiento de nuevos principios de convivencia y de cooperación basados en las posibilidades del ser humano. Hay que desconfiar de las nociones deterministas, de los valores absolutos e incluso de las ideas de nación y de hogar.

Se ha perdido la fe en Dios, en lo duradero y lo eterno.

Vivimos un gran engaño cultural. La vida de las amebas, de los insectos y de los seres humanos es el producto de una casualidad natural que no tiene sentido ni propósito. La invención de mitos, de religiones y de ideologías sirve para capturar las mentes y los cuerpos de las personas, pero carece de fundamento real.




Este texto está inspirado y extraído en parte de "La felicidad" (1988) de Jose Manuel Rodriguez Delgado, una figura que lleva más allá el término al que nos referimos cuando hablamos de "genios". Haber topado con este libro en este punto de mi vida, ha sido más que una casualidad como define la existencia humana, más que un cúmulo de circunstancias. Durante un proyecto, que desde que nació entre mis manos, me indujo a plantearme cuestiones que jamás pararán de crecer y que nunca aclararé como si existe la providencia, si hay algo que rige nuestro universo, que teje los mapas sobre los que nos movemos. 
Este genio reflexiona en el año 1988 sobre la influencia de las tecnologías y se debe como mínimo, una ovación, por eso pongo una cita de otro genio...
"Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas" Albert Einstein

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