Un caso de ciberacoso conmociona a la sociedad canadiense
Amanda Todd explicó su historia en un vídeo en Youtube un mes antes de quitarse la vida
Un mes antes de suicidarse la semana pasada en su casa en la Columbia Británica (Canadá), Amanda Todd colgó un vídeo en YouTube clamando ayuda.
“No tengo a nadie. Necesito a alguien. Me llamo Amanda Todd”. A través
de pequeñas cartulinas, sin decir ni una sola palabra, la joven de 15
años fue relatando su historia. Una trágica historia que comenzó cuando a
los 12 años, un extraño con el que contactó en Internet le pidió que le
mostrara los pechos.
Pasó un año de aquello y el desconocido comenzó a acosarla a través
de Facebook. Con un mensaje le pidió que se desnudara frente a la cámara
para él si no quería que sus fotos, desnuda, acabaran publicadas en la
web. Su acosador cumplió su amenaza y una noche la policía llamó a la
puerta de la casa de la familia Todd a las cuatro de la madrugada: las
imágenes de Todd estaban ya en los ordenadores de sus profesores, amigos
y familiares.
Canadá está conmocionada. El suicidio de la joven atormentada por un
acosador cibernético –y anónimo- ha generado un debate nacional en el
país sobre el uso apropiado de Internet y ha abierto un debate en el
Parlamento para luchar contra el acoso escolar y cibernético. La primer
ministra de Columbia Británica, Christy Clark, ha dado un paso más al
pedir la penalización del acoso a través de la red. Una investigación
policial ha provocado de momento la detención de 21 personas.
Además, el pasado lunes, el grupo de hacker Anonymous
aseguró que conocía la identidad del acosador de Todd y reclamó
venganza. El grupo publicó en Internet un vídeo con sus datos, incluida
la dirección postal y dijo que era un hombre de 32 que frecuentaba
sitios web dirigidos a chicas adolescentes. El hombre señalado se ha
defendido explicando que conocía a la adolescente, pero que nunca la
acosó. La policía le ha declarado libre de sospecha.
Todd describe su infierno con frases cortas, a veces inacabadas. Una
cartulina tras otra, sin que acabe de verse su rostro completamente, la
joven canadiense describe sus crisis de ansiedad, su depresión y los
ataques de pánico que le causaron la distribución de su imagen desnuda.
Su anónimo acosador le informó de que había creado una nueva página de
Facebook y que le concedía el triste honor de que sus pechos desnudos
ocuparan la foto de su perfil de usuario.
“Me insultaban y me juzgaban”, prosigue en el vídeo de casi nueve
minutos la adolescente. “Perdí todos mis amigos y el respeto de la
gente”. En este punto de la grabación, Todd muestra un mensaje que dice:
“Nunca podré recuperar esa foto. Está ahí para siempre”.
De nada valió que Todd cambiara de ciudad y a la vez de colegio. El
ciberacoso volvía a surgir. Su verdugo acababa sabiendo de sus nuevos
amigos, colegio, profesores y volvía a humillar a la joven. Su angustia y
soledad acabó por hacerla refugiarse en el alcohol y las drogas.
Mientras tanto, Amanda Todd seguía mutilándose y se practicaba cortes en
los brazos. De nada valía la terapia ni la medicación.
En una ocasión, más de 50 personas la estaban esperando a la entrada
de su nuevo instituto porque se había extendido el bulo de que quería
robarle el novio a una chica. “¡Golpéala!”, chillaban los presentes
mientras grababan la agresión. Todd relata con sus cartulinas que aquel
día, cuando su padre fue a buscarla en la cuneta en la que ella se había
refugiado tras la agresión, que quería “morirse”. “Cuando [mi padre] me
trajo a casa bebí lejía. Me mató por dentro y creí que iba a morir.
Llegó la ambulancia, me llevó al hospital y me lavaron el estómago”.
El relato no varía el tono dramático. Un grito desesperado de ayuda
que acabó con la muerte de una chica de 15 años. “Estoy continuamente
llorando. Todos los días pienso qué hago aquí. Mi ansiedad es horrible.
No he salido en todo el verano. Me estoy cortando constantemente”.
El lunes, el diputado socialdemócrata Dany Morin, de 26 años de edad,
presentó una moción en el Parlamento canadiense para “prevenir y ayudar
a aquellos que son víctimas de acosadores tanto en el colegio como en
Internet”. Morin declaró haber sido acosado cuando era niño en el
colegio. “La situación se ha convertido en un problema nacional”,
declaró. “Internet la ha magnificado”, sentenció.
Según la organización Bullying Canada,
que se dedica a combatir el acoso escolar en el país, uno de cada siete
niños canadienses de entre 11 y 16 años de edad son víctimas del acoso
escolar o por Internet. Solo en los institutos, se producen 282.000
casos de acoso escolar cada mes, según la misma organización que señala
que mientras que los varones principalmente son insultados o sufren
amenazas, las mujeres padecen acoso sexual.
“No puedo ir al colegio o reunirme con gente. Estoy muy deprimida”,
relata Todd. “No tengo a nadie. Necesito a alguien”. Su nombre era
Amanda Todd.
Fuente : http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/17/actualidad/1350506605_509352.html
Fuente : http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/17/actualidad/1350506605_509352.html
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